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Estrés laboral: 7 soluciones EFECTIVAS para combatirlo

cómo solucionar el estrés laboral

Tabla de contenidos

El estrés laboral es algo que, en mayor o menor medida, todos sufrimos o hemos sufrido alguna vez en nuestro ámbito profesional. Y, precisamente por ello, es importante que sepamos gestionarlo de una manera efectiva. Pero, ¿sabes cuáles son los síntomas del estrés laboral? ¿O qué soluciones puedes establecer para mejorarlo?

En este post te dejo una serie de estrategias que puedes implementar en tu día a día para mejorar esta situación. ¿Te apuntas?

Estrés laboral: definición y síntomas

En ocasiones cuando nos encontramos en el ámbito profesional experimentamos estrés laboral. Es decir, nos sentimos ansiosos con la situación y experimentamos algunos síntomas incómodos como puede ser la inseguridad, el temblor de manos, etc.. ¿Te suena?

La definición de estrés laboral sería: estrés que se produce a consecuencia de una excesiva presión en el entorno de trabajo. Habitualmente como consecuencia de un desequilibrio entre la capacidad o recursos para cumplir aquello que se solicita al trabajador.

Síntomas más comunes del estrés laboral

Como ves, el estrés laboral tiene una causa muy clara: el desequilibrio entre lo que se nos pide y lo que podemos hacer. Los síntomas más habituales cuando experimentamos un cuadro de estrés laboral son:

– Ansiedad generalizada. La sensación de angustia y nerviosismo es una de las que más se asocia con el estrés laboral. Nos encontramos más tensos, asustados e incluso con la sensación de que «no podemos con ello».

– Depresión. Uno de los trastornos que más se asocian con la ansiedad generalizada es la depresión. Precisamente por ello, si estás pasando por un momento de estrés laboral es posible que también estés triste y te sientas desesperanzado. Ambos son síntomas comunes en los cuadros depresivos.

– Apatía y desmotivación. Ambos se encuentran muy ligados tanto a la ansiedad como a la depresión. La falta de ganas y el no querer hacer cosas (sobre todo si se encuentran relacionados con tu trabajo) son claves para detectar el estrés laboral.

– Fatiga y cansancio extremo. Como ya sabemos, nuestro cuerpo suele experimentar síntomas físicos asociados a los cognitivos; precisamente por ello, es muy probable que cuando llevamos un tiempo experimentando estrés laboral, comencemos a sentirnos muy cansados y/o fatigados.

– Dificultad para concentrarse. En muchos casos, nos encontramos con que no nos cunde el trabajo porque nos resulta muy complicado centrarnos en una tarea, llegando incluso a tener algunos fallos de memoria.

– Irritabilidad. Finalmente, y asociado a todo lo anterior, se presentan los síntomas de irritabilidad. Cuando estamos sufriendo una situación que nos resulta incómoda y de la cual no podemos huir, es más probable que nos sintamos enfadados o molestos por no poder controlarla.

¿Cuáles son las causas del estrés laboral?

Aunque más arriba adelantábamos las causas principales que pueden producir estrés laboral, lo cierto es que existen muchos factores que influyen en la aparición del mismo.

Aquí tienes los motivos principales por los que sufrimos estrés laboral:

Causas del estrés laboral

– Volumen de trabajo. En ocasiones, las cargas de trabajo que tenemos son demasiado elevadas y hacen que sintamos que no estamos haciendo todo lo que podemos hacer. El hecho de no completar tareas es algo problemático para nuestro cerebro (sobre todo para el cerebro reptiliano) y por eso comenzamos a experimentar altos niveles de estrés.

– Puesto o funciones a desarrollar. Lo mismo ocurre si nos encontramos con que las tareas a desarrollar superan nuestras capacidades. Es importante que tengamos las aptitudes necesarias para el puesto al cual queremos acceder y, en caso de que algo nos supere, hablarlo con naturalidad.

– Problemas de clima laboral. En ocasiones la fuente de estrés se encuentra asociada a dificultades de comunicación con nuestros superiores o con compañeros. Como siempre he dicho, los seres humanos somos seres sociales y las relaciones deben ser una fuente de placer y no de problemas.

– Condiciones de trabajo. La percepción que tenemos sobre nuestras condiciones de trabajo y si son o no justas con respecto a nuestro perfil también puede generar problemas. Si consideramos que podemos aspirar a más y no nos lo van a dar es más sencillo que experimentemos estrés.

– Incertidumbre o miedo al futuro. Por último, y como ya sabemos, la incertidumbre es una gran fuente de estrés para el ser humano. Esto implica que, si no sabemos hacia dónde va nuestro futuro profesional, es probable que tengamos ansiedad al respecto.

Consecuencias del estrés laboral en nuestro día a día

Lo primero que debemos plantearnos antes de avanzar un poco más es la importancia que puede tener el estrés laboral en nuestro día a día y cómo puede afectarnos.

»El estrés laboral genera problemas de desmotivación y trastornos como ansiedad generalizada» Clic para tuitear

Estos son algunas de las consecuencias más importantes que podemos sufrir si experimentamos estrés laboral en nuestro ámbito profesional.

Consecuencias del estrés laboral

– Disminuye nuestra motivación con la consecuente disminución de nuestro rendimiento.
– Puede generar problemas físicos. El estrés puede generar un aumento de nuestra frecuencia cardiaca y, a la larga, distintos problemas de salud.
– Algunos trastornos del sueño se encuentran relacionados con el estrés que experimentamos en el ámbito profesional.
– Existen distintos trastornos psicológicos que se encuentran relacionados con los altos niveles de estrés. El primero de ellos: la ansiedad o la depresión.

Como ves, las consecuencias de tener estrés laboral generalizado, son muy similares a los síntomas. Con la diferencia de que, si este trastorno se mantiene durante mucho tiempo, las consecuencias pueden ser devastadoras para nosotros mismos.

7 soluciones para combatir el estrés laboral

Reconocer aquello que nos está causando un problema es el primer paso pero, por supuesto, no es el último. Ahora que ya sabemos dónde que el estrés laboral es lo que se encuentra detrás de nuestro malestar, es importante ponerse manos a la obra y buscar una solución.

1. Identifica aquello que te está provocando estrés

Lo primero que debes hacer es buscar cuál es la fuente del conflicto. ¿Son tus compañeros? ¿Tienes problemas de comunicación con tu jefe?

Dependiendo de dónde se sitúe el foco, tendrás que poner la atención en uno u otro lado. Es decir, si el problema está relacionado con tus capacidades para desempeñar un puesto de trabajo, la manera de abordarlo no será la misma que si existe un problema real con tus compañeros.

Piensa que interpretamos las cosas de la manera en la cual queremos por lo que, en el primer caso, el trabajo consistirá principalmente en cambiar tu mentalidad. Mientras que en el segundo habrá que utilizar otro tipo de técnicas que permitan mejorar el clima laboral.

2. Establece límites horarios

En ocasiones, basta con establecer límites que nos permitan identificar correctamente cuáles son los horarios destinados al trabajo y cuáles no.

Cuando nos encontramos en un trabajo que nos agrada, cuando somos autónomos, etc… Nos enfrentamos a una situación en la cual es muy sencillo trabajar más horas de las debidas y, aunque en un primer momento puede no parecerlo, esto terminará pasándonos factura.

Nuestro cerebro necesita descansar y, precisamente por ello, es importante que aprendamos a ser productivos en las horas en las que debemos serlo. Y dejar un tiempo para el descanso y el placer.

3. Favorece la comunicación con tu responsable

Una buena comunicación (tanto con nuestros compañeros como con nuestros responsables) siempre va a ser la clave para evitar problemas. Precisamente por ello, tenemos que aprender a comunicarnos.

Muchas veces confundimos el hecho de tener una buena comunicación con decir las cosas sin ningún tipo de filtro y esto puede generar problemas. Precisamente por ello es importante que nos paremos a pensar antes de decir las cosas.

Sobre todo ten en cuenta dos claves: no hables nunca con tus compañeros o jefe cuando estés en caliente y, en el caso de que seas inseguro, estructura aquello que quieres decir antes de abordar una conversación de este tipo.

4. Realiza ejercicio para calmar a tu cerebro

Aunque pueda parecer un consejo muy manido, lo cierto es que el deporte funciona y la explicación es muy sencilla. Cuando realizamos ejercicio, nuestro cerebro libera una serie de neurotransmisores que activan el circuito del placer (¡te suena, eh!).

Como consecuencia, los niveles de los neurotransmisores que producen estrés se reducen y somos capaces de ver las cosas de manera más objetiva.

5. Práctica técnicas de relajación o mindfulness

Dado que el estrés suele generarse, en muchas ocasiones, por cómo percibimos las situaciones, es importante que aprendamos a controlarlo. ¿Cómo? Las técnicas de relajación, la meditación o el mindfulness pueden ser claves para ello.

Cuando practicamos este tipo de estrategias somos más conscientes del funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestra mente. Precisamente por ello, aprendemos a gestionarlas de manera más efectiva para nosotros pudiendo reducir los niveles de estrés cuando nos encontramos muy ansiosos.

6. Crea pautas saludables

Puede que en ocasiones parezca que la alimentación y nuestro estilo de vida no influye en el estrés pero lo cierto es que, influyen más de lo que pensamos. Llevar un estilo de vida sedentario suele terminar por meternos en un círculo vicioso en el cual no queremos hacer nada porque no nos apetece. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Si queremos salir de este bucle debemos crear pautas saludables y establecer horarios adecuados, tanto para trabajar como para disfrutar de aquello que nos produce placer. De esta manera te encontrarás mejor a nivel de salud y también podrás controlar tu cerebro. Ejemplo de comer nueces.

7. Apóyate de amigos y familiares

Como veíamos más arriba, las relaciones sociales son una fuente de placer para los seres humanos y por eso es importante que aprendamos a gestionarlas correctamente.

Tener unos vínculos fuertes con personas ajenas a tu ámbito laboral puede ser la clave para incrementar las fuentes de placer a las cuáles tiene acceso tu cerebro. Reduciendo, consecuentemente, los niveles de estrés que experimenta el mismo.

Conclusiones

El estrés laboral puede generarnos problemas de salud e incluso provocar el famoso síndrome de burnout o «estar quemado». Por el cual los trabajadores se queman con su empresa y deciden abandonarla.

Unos hábitos de vida saludables y el trabajo con nuestra mente pueden ser las claves para mejorar esta situación pero, aún así, es importante que apliquemos otra serie de técnicas para reducir el estrés en nuestro día a día.

Sin embargo, si pese a todas estas medidas consideras que tu situación no mejora, quizás lo mejor sea plantearte si puedes echar mano de la ayuda de profesionales. O incluso si lo que necesitas puede ser un cambio laboral para lo cual tendrás que prepararte para realizar nuevas entrevistas de trabajo.

Y tú, ¿has estado en esta situación alguna vez? ¿Se te ocurre alguna otra estrategia para combatir el estrés?

Salima Sanchez

¡Hola! Soy Salima Sánchez.

Ojalá te enganche tanto como a mí el Neuromarketing. Este blog está dedicado por entero a ello y me esfuerzo mucho por aportar contenido de valor siempre. Gracias por pasarte por aquí, me encantará leerte en comentarios :)

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